martes, 19 de diciembre de 2023

Setenta años de bibliotecarios profesionales en Chile

 relato se enmarca en la realización del proyecto “Bibliotecarios y bibliotecarios en Chile: setenta años de los profesionales de la información en el país”, realizado con el financiamiento del Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura, Línea Investigación 2021, del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.

El objetivo general del proyecto fue realizar un relato histórico y testimonial de la profesión bibliotecaria en Chile. Sus objetivos específicos son: recopilar información, analizar los antecedentes y elaborar un sitio Web, que identifique los hechos, contextos, instituciones y personas características de las diferentes etapas del desarrollo de la disciplina bibliotecológica en el país.

Como marco referencial, se tiene por antecedente la escasa presencia de estudios que versen sobre la historia de las bibliotecarias y los bibliotecarios chilenos y que resalten sus aportes a la sociedad, a lo largo del tiempo.

La necesidad de realizar la presente investigación surgió a raíz de tres hitos significativos acontecidos el 2019 que invitaron a reflexionar sobre el pasado y el devenir bibliotecario nacional: (i) el setenta aniversario de la creación de la primera escuela de bibliotecarios profesionales en Chile; (ii) el cincuenta aniversario del Colegio de Bibliotecarios de Chile; y (iii) el paso administrativo de la Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos (DIBAM) desde el Ministerio de Educación al Servicio Nacional del Patrimonio Cultural del Ministerio de las Artes, las Culturas y el Patrimonio.

A pesar de que, en Chile, el oficio de bibliotecario se desarrolló de manera pragmática desde la época colonial, la historia de las bibliotecarias y bibliotecarios profesionales del país se remonta al año 1949 cuando se creó la primera Escuela de Bibliotecología en la Universidad de Chile. Con setenta años de desarrollo profesional en el territorio nacional, se hacía necesario recopilar los antecedentes existentes para realizar un relato historiográfico que permita identificar los hechos, contextos, instituciones y personas protagonistas de las etapas del desarrollo de esta disciplina en el país.

Los antecedentes obtenidos en la investigación se reflejan en el siguiente texto, que contempla: aspectos de la formación de pregrado y postgrado en el área de la Bibliotecología en Chile; aspectos del mercado laboral para los bibliotecarios profesionales; y aspectos del desarrollo de asociaciones gremiales de la disciplina en el país.


  1. Antecedentes de la formación de bibliotecarios profesionales en Chile

Durante el rectorado de Juvenal Hernández Jaque, la Universidad de Chile experimentó un crecimiento en varios aspectos. Aumentó el número de facultades, institutos, carreras, bibliotecas, talleres y laboratorios, todo lo cual produjo que, en las diversas unidades educativas, se generará un flujo de documentos y libros.

El 13 de abril de 1938, el rector Hernández dictó el Decreto universitario N°159, que creó la Biblioteca Central, con el fin ordenar y coordinar los servicios bibliotecarios de las facultades e institutos de la Universidad de Chile, manteniendo un catálogo común, y atender a estudiantes y al público general. Su colección inicial estaba compuesta por los libros de la Exposición del Libro Americano y español, realizada en 1936, y los materiales de la biblioteca personal de Pedro Montt (Universidad de Chile, 1938). El primer director de esta Biblioteca Central fue el escritor Héctor Fuenzalida Villegas (Universidad de Chile, 1945, pp. 34-35).

En septiembre del mismo año, Héctor Fuenzalida fue becado por la Fundación Rockefeller para realizar cursos técnicos de catalogación y clasificación, y de bibliografía y referencias en la Universidad de Columbia, en donde permaneció hasta enero de 1939 (Freudenthal, 1972, p. 250). Durante su estancia en Estados Unidos, Fuenzalida visitó emblemáticas unidades de información, como la Library of Congress y la biblioteca de la University of California, Berkeley (Yeager, y Davis, 1994, pp. 131-133). Este hecho fue significativo para el desarrollo de la profesión en Chile ya que, al volver al país, aplicó los conocimientos adquiridos en la administración e implementación de servicios de la Biblioteca Central, y en la formación del personal de las bibliotecas de la Universidad de Chile.

Ese mismo año, también fue becada por la Fundación Rockefeller la profesora Marga Arce Fernández, para realizar estudios bibliotecarios: bibliografía, referencia, catalogación y clasificación, entre otros, en la Universidad de Columbia, en New York (Arce, 1990, p. 3).

En el marco de las Escuelas Internacionales de Temporada de la Universidad de Chile, dirigidas por Amanda Labarca (Arce, 1990, p. 1), durante 1940 y 1943, Héctor Fuenzalida organizó y dictó, junto a la profesora Magda Arce, diversos cursos de formación para bibliotecarios, relacionados con: catalogación, clasificación Dewey y administración de bibliotecas (Freudenthal, 1972, p. 250).

El florecimiento del interés por temas bibliotecológicos en el país permitió la realización del Primer Congreso Nacional de Bibliotecarios, durante el 6 y el 8 de noviembre de 1942, en Santiago de Chile, por iniciativa de la Unión de Empleados de la Biblioteca Nacional. Evento que fue presidido por la bibliotecaria Aída Carreño Correa, siendo su secretario el bibliotecario Augusto Eyquem Biaut. La inauguración fue llevada a cabo en el Salón de Honor de la Universidad de Chile y el acto de culminación se realizó en el salón de honor de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Reunió a cerca de doscientas personas, entre ellas, los graduados de los cursos bibliotecarios de las Escuelas de Temporada de la Universidad de Chile. Entre sus conclusiones se encuentra la necesidad de crear una instancia para formar a los bibliotecarios del país. 

En 1944, durante la visita de representantes de la American Library Association (ALA), el director de la Biblioteca Central de la Universidad de Chile, Héctor Fuenzalida, informó al secretario ejecutivo de dicha institución, Carl H. Milam, y a su director de relaciones internacionales, Harry Miller, sobre los cursos para bibliotecarios realizados en el marco de las Escuelas de Temporada de la Universidad de Chile (Freudenthal, 1972, p. 250). Estos expertos, sugirieron al rector Juvenal Hernández, establecer un programa educativo estructurado de Ciencias Bibliotecarias y contratar a un profesor para formar al personal, modernizar y reorganizar las bibliotecas de la Universidad de Chile (Freudenthal, 1972, p. 250).

El Consejo Universitario, aprobó la idea de realizar los cursos formales de Biblioteconomía gracias al compromiso de financiamiento de la Fundación Rockefeller, durante dos años, a partir de abril de 1946, generando, además, un trabajo en conjunto con las Escuelas de Temporada (Universidad de Chile, 1945). Inicialmente, sería el experto cubano, Jorge Aguayo, quien realizaría la formación, pero no fue posible su contratación por lo que, finalmente, se concretó la llegada del bibliotecario norteamericano Edward Martin Heiliger, en el marco de las Escuelas de Temporada de la Universidad de Chile, para impartir el primero, de los tres cursos para bibliotecarios que dictó en el país.

El programa de estudio de este curso comprendió cinco áreas:

1. Organización y administración de la biblioteca: circulación, préstamos, personal. Organización y funcionamiento.

2. Sistemas de clasificación, catalogación, fichado; entradas por materia y por autor.

3. Catalogación de periódicos y publicaciones en serie.

4. Obras de referencia: su manejo y su utilidad, de acuerdo con el trabajo interno de la Biblioteca.

5. Trabajos prácticos.

Así mismo, en 1946, la Biblioteca Central de la Universidad de Chile, prosiguió con los cursos especializados para formar a funcionarios de sus bibliotecas en el área de la Biblioteconomía. Pero, en esta oportunidad, se dio un nuevo curso, cuyo programa de estudio comprendía cuatro áreas:

1. Administración y organización de bibliotecas, dictado por Edward Martin Heiliger.

2. Catalogación y clasificación, dictado por Edward Martin Heiliger.

3. Bibliografía descriptiva de Chile, dictado por el periodista, profesor, crítico literario y escritor chileno, Raúl Silva Castro.

4. Historia cultural de Chile, dictado por el escritor Julio Alemparte Robles.

Entre los dieciochos participantes de este curso, se conocen los nombres de: Luisa Arce Rovedy, María Eugenia Bustamante, Josefa Turina Turina, José Henríquez, Emilia Pincheira Oyarzún, Sergio Costagliola, Pedro Mandico, María Ema del Solar Feliú, Manuel de Ferarri Rojas.

En enero de 1947, Edward Martin Heiliger, impartió su tercer y último curso para bibliotecarios del país, en el marco de los Cursos de Temporada de la Universidad de Chile. La convocatoria, en esta oportunidad, se hizo pública a través de la prensa nacional (Las Últimas Noticias, 1946). Veinte alumnos participaron en estos cursos, entre ellos, las futuras y connotadas bibliotecarias chilenas María Teresa Sanz y Ana María Prat i Trabal.

Cabe destacar que el Rector Juvenal Hernández realizó actos de agradecimiento a Heiliger por sus aportes como profesor y como director consejero de la Corporación (Hernández, 1947, pp. 53-54).

En 1947, fueron becadas por la Fundación Rockefeller para realizar un Master of Arts en la Universidad de Denver, Estados Unidos, las profesoras y bibliotecarias de la Universidad de Chile, Luisa Arce Rovedy y María Eugenia Bustamante Sánchez, estudiantes destacadas de los cursos impartidos por Edward Heiliger (Freudenthal, 1972, p. 251). Ese mismo año, el director de la Biblioteca Central de la Universidad de Chile, Héctor Fuenzalida, fue comisionado por el Consejo Universitario de la Universidad de Chile para realizar estudios de Ciencias Bibliotecarias durante cuatro meses en la Biblioteca del Congreso de Washington (Universidad de Chile, 1947, p. 82). Durante su estadía en Estados Unidos, Fuenzalida, además, representó a las bibliotecas de la Universidad de Chile en la Asamblea de Bibliotecas de América realizada en  Washington (Memoria Bibliotecología, 2008). Y, también, el abogado Alberto Villalón Galdames fue becado por Estados Unidos para estudiar estudios de especialización en Bibliotecología, luego de desarrollar su tesis de grado donde propuso una clasificación del derecho chileno.

En 1948, Luisa Arce y María Eugenia Bustamante regresaron a Chile con el grado académico obtenido en Denver, para conformar el primer grupo de profesores de la Escuela de Bibliotecarios de la Universidad de Chile (Universidad de Chile, 1947, pp. 544-545). Ese mismo año, Alberto Villalón obtuvo el grado de Bachelor of Arts en Bibliotecología y, en 1949, obtuvo el grado de Master of Arts in Libraries Science en la Universidad de Michigan (Villalón y Pimstein, 1970; Freudenthal, 1972, p. 255). 

  1. Escuelas de Bibliotecología en Chile

2.1 Formación de Bibliotecarios profesionales en la Universidad de Chile

El 15 de abril de 1949 se inauguró la Escuela de Bibliotecarios de la Biblioteca Central de la Universidad de Chile, dependiente de la rectoría (Benzi, 1989, p.2). Su primer director fue Héctor Fuenzalida Villegas (Freudenthal, 1972, p. 251). Es con este hito que inició la historia de la educación profesional de bibliotecarios en Chile.

Para ingresar a esta Escuela de Bibliotecarios el requisito era contar con educación secundaria completa o estudios equivalentes (Freudenthal, 1972, p. 252), los estudios de Bachillerato no fueron exigidos hasta 1951 (Benzi, 1989, p. 2).

El plan de estudios fue diseñado por Luisa Arce Rovedy (Benzi, 1989, p. 2), y contemplaba un año de estudios, con énfasis en las siguientes asignaturas:

  1. Catalogación y clasificación.

  2. Referencia.

  3. Bibliografía general.

  4. Organización y administración de bibliotecas.

  5. Historia de libros y bibliotecas.

  6. Fuentes bibliográficas de literatura chilena e introducción a la Bibliotecología.

Además de un mes de práctica en alguna biblioteca asignada (Freudenthal, 1972, p. 252). 

Las materias fueron impartidas inicialmente por bibliotecarios-docentes: Héctor Fuenzalida, Luisa Arce, María Eugenia Bustamante y Guillermo Feliú Cruz (Freudenthal, 1985, pp. 114-115).

El 26 de julio de 1951, la Escuela de Bibliotecarios de la Biblioteca Central de la Universidad de Chile, pasó a depender del Departamento de Estudios Generales (Universidad de Chile, 1951; Benzi, 1989, p. 2).

En 1952, se incorporaron como nuevos docentes y ayudantes a la Escuela de Bibliotecarios:

  • Augusto Iglesias Mascegno, profesor de Historia y Geografía (Universidad de Chile, 1952a, p. 24)

  • María Isidora Amión Pepeyroulx, ayudante (Universidad de Chile, 1952b, p. 70)

  • Alberto Villalón Galdames, abogado y Máster en Bibliotecología (Universidad de Chile, 1952c, p. 279, y Universidad de Chile, 1952d, p. 72). En 1956, Villalón terminó sus estudios en la Universidad de Michigan y se convirtió en el primer doctor en Bibliotecología de Chile y América Latina (Villalón, 1998), con la tesis titulada: "Una introducción a la Bibliografía jurídica latino-americana" (Villalón, 1956).

A partir de 1957, nuevos ayudantes fueron contratados por la Escuela de Bibliotecarios:

  • Emilia Pincheira Oyarzún, bibliotecaria, profesora y escritora (Universidad de Chile, 1957, p. 4 y Universidad de Chile, 1960a)

  • René Moraga Neira, abogado y bibliotecario (Universidad de Chile, 1957, p. 4 y Universidad de Chile, 1960b)

A principios de 1958 se jubiló Héctor Fuenzalida Villegas, primer director de la Biblioteca Central y creador de la Escuela de Bibliotecarios de la Universidad de Chile. Y asumió ambos cargos el musicólogo y escritor español Vicente Salas Viú (1911-1967), quien dirigió la Biblioteca Central hasta 1961 y la Escuela de Bibliotecarios hasta 1959, periodo en el cual contribuyó a la reorganización, perfeccionamiento, ampliación los cursos, y obtención de los beneficios de la Comisión Central de Becas de la Universidad de Chile.

En 1959, el Doctor Alberto Villalón Galdames asumió la dirección de la Escuela de Bibliotecarios de la Universidad de Chile, después de diez años de funcionamiento, al separarse las tareas académicas y administrativas llevadas a cabo por la Biblioteca Central de la Universidad, desde su creación.

"Para nombrarme director primero había que crear oficialmente la Escuela. Entonces mandamos un oficio al Presidente de la República... me armé de mis mejores cualidades y le expliqué que esta Escuela estaba en funcionamiento, pero que se les había olvidado crearla oficialmente, entonces, el Presidente accedió y creamos la Escuela" (Alberto Villalón, en: Rojas y Fernández, 2015, p. 59)

La Escuela de Bibliotecarios quedó dependiendo temporalmente de Rectoría, mientras se concretó su adscripción oficial a la Facultad de Filosofía y Educación.

El 26 de agosto de 1959, Villalón presentó al Consejo Universitario el proyecto de creación formal de la Escuela de Ciencias Bibliotecarias en la Universidad de Chile (Universidad de Chile, 1959, p. 2).

El 19 de noviembre de 1959, mediante el Decreto 14.664 del Ministerio de Educación aprobó la creación oficial de la Escuela de Ciencias Bibliotecarias de la Universidad de Chile (Benzi, 1989, p.2; Villalón, 1998, p. 25).

En 5 de febrero de 1960, el Decreto 785 del Ministerio de Educación cambió el nombre de la "Escuela de Ciencias Bibliotecarias" de la Universidad de Chile, por el de "Escuela de Biblioteconomía", dependiente de la Facultad de Filosofía y Educación de dicha Universidad (Freudenthal, 1972, p. 253). Aplicando un plan de estudios de cinco semestres que estuvo en vigencia hasta 1962 (Benzi, 1989, pp. 3-4)

Una vez creada oficialmente la Escuela de Biblioteconomía en la orgánica de la Universidad de Chile, el Consejo Universitario la adscribió a la Facultad de Filosofía y Educación, y autorizó el reconocimiento universitario de los cursos ofrecidos por Edward Heiliger, durante los años 1946 y 1947, así como de los cursos impartidos en la Biblioteca Central, desde 1949 hasta 1958 (Universidad de Chile, 1960, art. 1 y 2), en total fueron más de 380 estudiantes (Villalón, 1998, p. 25). El Decreto de Rectoría 210, del 19 de enero de 1960, autorizó a la Escuela a entregar el título profesional de bibliotecario (Freudenthal, 1972, p. 253), pero, menos de un tercio de ellos convalidó su título universitario (Villalón, 1998, p. 25). 

La recién creada Escuela de Biblioteconomía de la Universidad de Chile, en agosto de 1960, organizó el "Seminario sobre Problemas Bibliotecarios", con el objetivo de tratar los problemas bibliotecarios, incluyendo la discusión sobre temas propios de la disciplina, como la documentación, los métodos de búsqueda, y la organización y administración de bibliotecas (Freudenthal, 1972, p. 253).

A partir de la regulación del funcionamiento de la Escuela de Biblioteconomía en la Universidad de Chile, a principios de la década de 1960 nuevos profesores y ayudantes fueron contratados como expertos para implementar asignaturas de los nuevos planes de estudio de la carrera:

  • Víctor Anzoátegui Sáenz, bibliotecario y traductor del Centro de Investigaciones de Historia de la Medicina de la Universidad de Chile, fue contratado para las asignaturas de lenguas clásicas y alemán (Universidad de Chile, 1959, y Universidad de Chile, 1960a)

  • Silvia Prieto Neira, bibliotecaria de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile, fue contratada como ayudante de la profesora Luisa Arce en las asignaturas de Catalogación y Clasificación (Universidad de Chile, 1960b, y Universidad de Chile, 1961)

  • Ana María Prat i Trabal, para la cátedra de Introducción a la Bibliotecología (Universidad de Chile, 1962a).

  • María Loreto Gajardo Urzúa, como ayudante (Universidad de Chile, 1962b).

Entre 1960 y 1969, la Escuela de Biblioteconomía se dedicó a la formación continua de profesionales para lo cual realizó cursos para Graduados de la Universidad de Chile, invitando a expertos nacionales e internacionales, como Donald F. Ely, Reinhorld A. Schlueter, William V. Jackson y Edward Martin Heiliger (Freudenthal, 1972, pp. 258-259).


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