Los políticos, los profesores, los padres y los alumnos
pueden aprender algunas sobre la importancia del papel impreso en un mundo cada
vez más digital a partir de estos resultados.
1. Considerar el objetivo
Todos leemos y lo hacemos por diferentes razones. A veces
buscamos una respuesta para una pregunta muy concreta y otras veces simplemente
queremos echar un vistazo al periódico para leer los titulares del día.
Cuando vayamos a leer un artículo o un texto en formato
analógico o digital, deberíamos plantearnos cuál es el objetivo de nuestra
lectura, puesto que un formato funcionará mejor que el otro dependiendo de la
función.
O dicho de otro modo, no hay una respuesta tipo “un
formato vale para todo”.
2. Analizar la tarea
Algo que se ha repetido mucho en nuestra investigación es
que el formato no parece ser relevante para algunas tareas. Si los estudiantes
simplemente tienen que entender la idea principal o la esencia del texto que
están leyendo, no hay ventajas si se decantan por un formato sobre el otro.
Pero si la lectura exige más concentración o una
comprensión más profunda, los estudiantes pueden sacar más provecho si leen
textos impresos. Lo que los profesores podrían hacer es explicar a los
estudiantes que el formato de lectura puede influir en su capacidad para
comprender un texto, lo que podría disminuir la discrepancia de la que hemos
sido testigos entre cómo creen que han comprendido el texto y su rendimiento
real.
3. Pisar el freno
En nuestro tercer experimento pudimos establecer perfiles
significativos sobre la forma en la que los estudiantes universitarios leen y
comprenden textos en papel y digitales. Entre dichos perfiles, encontramos un
grupo selecto de estudiantes universitarios que comprendían mejor los textos
cuando pasaban de formato impreso a digital.
Lo que hacía diferente a este atípico grupo era que leía
mucho más lento el texto cuanto estaba en ordenador que cuando estaba en un
libro. Utilizando este grupo selecto como modelo, podríamos animar a los
estudiantes a leer los textos online con más atención y no de pasada.
4. Algo que no se puede medir
Puede que haya razones económicas y ambientales para
dejar de usar el papel, pero es evidente que hay algo importante que se
perdería si dejamos de usar textos impresos.
Siempre debería haber lugar para los textos impresos en
las vidas de los estudiantes, independientemente de su nivel de inmersión
tecnológica
En nuestra experiencia académica no faltan libros y
artículos a los que solemos volver y en los que con el paso del tiempo se puede
ver su uso, ya sea mediante texto subrayado o anotaciones con preguntas y
reflexiones. Es difícil imaginarse una interacción similar con un texto digital
y por eso siempre debería haber lugar para los textos impresos en las vidas de
los estudiantes, independientemente de su nivel de inmersión tecnológica.
Somos conscientes de que el camino hacia la lectura
digital no ha hecho más que empezar y no queremos restarle importancia a todas
las comodidades que conlleva, como puede ser su alcance y la accesibilidad.
Lo que queremos hacer es recordarle a los nativos
digitales (y a aquellos que se sigan formando) de que puede haber costes y
consecuencias significativas si ignoramos el valor de la palabra impresa a la
hora de aprender y de desarrollarnos a nivel académico.
Autores:
Patricia A. Alexander (Profesora de Psicología,
Universidad de Maryland)
Lauren M. Singer (Candidata a Doctor en Psicología
Educacional, Universidad de Maryland).
https://www.xataka.com/otros/los-estudiantes-aprenden-mucho-mas-efectivamente-de-los-libros-impresos-que-de-pantallas-aunque-ellos-creen-lo-contrario
https://eldefinido.cl/actualidad/mundo/3170/Por_que_leemos_mucho_mejor_en_papel_que_en_pantalla/
Además se podría tener un sillón estantería
https://www.construccion-manualidades.com/2020/05/sillones-con-libreria.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario