Para optimizar el proceso de aprendizaje de un niño autista, el profesional educativo necesita aprender cómo aprende.
Cuentan con habilidades y fortalezas que las
hacen poseer cualidades muy útiles para la vida adulta, que necesitan
desarrollar para compensar sus dificultades.
Para optimizar el proceso de aprendizaje de un
niño autista, el profesional educativo necesita aprender cómo aprende dicho
cerebro.
Fortalezas:
Tendencia a la sinceridad
Cuando se centran en su interés y éste se
convierte en su profesión, pueden llegar a tener un gran éxito a nivel laboral
Suelen ser perfeccionistas y tenaces para
conseguir sus propios objetivos
Llegan a acumular gran cantidad de información
sobre sus intereses
Tienen una manera diferente de interpretar el
mundo por lo que sus alternativas ante diversos problemas pueden ser novedosas
e ingeniosas
Pueden destacar en áreas como las matemáticas,
la música, la ciencia, la tecnología o el arte
Pueden desarrollar ciertas habilidades muy por
encima de la media
Cómo potenciar el aprendizaje en niños
autistas:
Entre las actividades y estrategias que se
pueden realizar a favor de la buena adaptación del alumno autista:
Estructuración del entorno para que sea
predecible por parte del alumno y se sienta seguro emocionalmente. La creación
de rutinas, así como el diseño de una agenda con pictogramas, fotos o dibujos
ayudarán al niño autista a anticiparse y comprender la secuencia de las
acciones que requiere una tarea; también, a la identificación de las emociones
propias y de los iguales.
El uso de apoyos visuales para facilitar las
enseñanzas (programa TEACCH) y la incorporación de programas de comunicación y
competencia social como el Programa de Comunicación Total, donde se asocian
signos a vocalizaciones.
Siguiendo la metodología anterior, son de vital
importancia los apoyos visuales (historietas, cómics y vídeos) para mejorar la
comprensión por parte del alumno de las situaciones sociales e impulsar la
imitación de conductas adecuadas.
En las fichas de trabajo del alumno también se
debe incluir la secuencia de tareas, paso a paso, con claridad y dibujos de
apoyo.
Por último, se aconseja crear un “círculo de
amigos” del entorno al alumno con TEA: un grupo de compañeros que interactúen y
le guíen en los entornos más abiertos (el patio, el comedor escolar o durante
los cambios de clase).
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